La obtención de la independencia de Centroamérica fue
relativamente pacífica. A diferencia de los otros países Americanos, los cuales
libraron fieras batallas para lograr convertirse en Estados independientes en
Centroamérica fue la excepción. Muchos fueros los factores que culminaron en la
independencia en el antiguo reino de Guatemala, pero predominaron la influencia
de ideas revolucionarias provenientes de Europa, la independencia de los
Estados Unidos de América, así como el descuido de España en Centroamérica
debido a los cambios socio-políticos en la misma península ibérica.
La invasión de Napoleón I, emperador de Francia, a la
península ibérica, y la imposición de su propio hermano José Bonaparte como rey
de España, trajo como consecuencia la formación de grupos de resistencia a la
invasión francesa, conocidos como “juntas”. La junta central suprema ordenó el
22 de mayo de 1809 la celebración de Cortes extraordinarias y constituyentes,
que, debido al avance de Napoleón, se instalaron en 1810 en San Fernando,
entonces Isla de León, y después en Cádiz.
El 24 de septiembre de 1810 se celebró la primera sesión de
las Cortes Extraordinarias y Constituyentes en la ciudad de San Fernando. Fue
en esta localidad donde se promulgaron los decretos relativos a la Soberanía
Nacional, la división de poderes, la igualdad y la legalidad o la libertad de
imprenta. Todo ello sentaría las bases del Estado Democrático y de Derecho, así
como el fin del antiguo Régimen y el inicio de un nuevo tiempo para los españoles
de los ambos hemisferios, la Península y las colonias en América.
La tarea de las Cortes de Cádiz fue crear un cuerpo
legislativo (leyes) de carácter liberal sobre el que crear un nuevo orden
social que acabara con la sociedad estamental que había caracterizado a España
hasta ese momento. El producto de esta labor fue la Constitución de 1812. Todos
estos movimientos socio-políticos en la península fueron bien recibidos por los
criollos y resistidos por la oligarquía centroamericana.
Fue así como estas ideas revolucionarias sumadas al vacío de
gobierno en España causado por la invasión francesa, y la posterior
promulgación de la constitución de Cádiz, abrió la oportunidad para que los
criollos centroamericanos dieran impulso al movimiento independentista.
En mayo de 1814, Fernando VII regresó a España como rey, e
inmediatamente restableció el absolutismo, derogando la Constitución de Cádiz.
Pero en 1820, a raíz del “pronunciamiento de Riego”, el rey español se vio
forzado a restablecer la constitución de 1812, lo que permitió que en las
colonias americanas se llevaran a cabo nuevas votaciones para elegir
ayuntamientos, diputaciones provinciales (grupo asesor con representantes
electos por las diferentes regiones) y diputados a las cortes de España.
Un acontecimiento que tuvo una gran repercusión en el
proceso de independencia de la región centroamericana fue la proclamación, en
febrero de 1821, del “Plan de Iguala”, que declaraba la independencia total de
México del dominio de la corona española. Esta noticia desconcertó a las
autoridades españolas de Guatemala y la vez sirvió de estimula la causa
independentista. El 9 de marzo, presionado por los liberales independentistas,
el Capitán General Carlos Urrutia, dejó el puesto para que fuese ocupado por el
sub-inspector del ejército Gabino Gaínza. Gaínza era del agrado de los
independentistas, porque además de ser un hombre de una edad muy avanzada,
también era de carácter débil y voluble. Bajo su mando Centroamérica
experimento una agitación social de niveles intolerables. Esta situación obligó
a la diputación provincial a solicitar a Gaínza una reunión para discutir el
difícil tema de la independencia.
El Jefe Gaínza entonces, atendiendo este llamado, reunió una
junta de notables compuesta por el señor arzobispo, diputados, jefes militares,
los prelados de las órdenes religiosas, y empleados de hacienda. En aquella
memorable reunión presidida por el mismo Gaínza, los presentes externaron con
libertad su opinión. El señor José Cecilio del Valle tomó la palabra y en un
largo discurso demostró la necesidad y la justicia de la independencia, pero
manifestando que, para proclamarla primero debía oírse el voto de la
Provincias.
Sin embargo, el pueblo que asistía a tan importante acto
pidió a voces la independencia, y esta fue proclamada el 15 de septiembre de
1821. Valle redactó aquel memorable documento, así mismo también redactó el
Manifiesto que publicó el Capitán General Gaínza sobre el gran suceso de la
independencia.
"En el Acta de la Independencia se fijaron las bases de
un nuevo régimen: se determinó que se eligiesen por las Provincias,
Representantes para formar el Congreso de la nación, al que debía corresponder
la fijación de la forma de gobierno," y la formación de la constitución.
También se determinó "Que la elección de Representantes
se hiciese por las mismas juntas electorales que había elegido diputados a las
cortes de España, observándose las leyes anteriores para el procedimiento de la
elección: que las provincias eligiesen Representantes sobre la base de un
Diputado por cada quince mil habitantes.
Que el congreso Constituyente se reuniese el 1 de marzo de
1822: que hasta su reunión no se hiciese alteración alguna en la observación de
las leyes españolas, ni con respecto a los tribunales y funcionarios
existentes.
Que se conservase la religión católica en toda su integridad
y pureza; y que mientras el país se constituía, el jefe Gabino Gaínza
continuase con el gobierno superior, político y militar, obrando de acuerdo con
una Junta Provisional Consultiva."
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