Una de las causas de la derrota de los liberales y la disolución
de la Federación Centroamericana fue su
Anticlericalismo, el fuerte sentimiento provinciano de cada
región, y además la aprobación de una serie de leyes que provocaron reacciones
negativas entre la población indígena. Las Cortes de Cádiz habían suprimido en
1812 los tributos de los pueblos indios. Cada vez que se querían implantar de
nuevo, surgían reacciones negativas en las comunidades indígenas. Cuando
Mariano Prado como Jefe de Estado de El Salvador introdujo el sistema de
jurados y un nuevo impuesto que tenían que pagar todos los ciudadanos, se
produjeron levantamientos en Izalco y San Miguel, produciéndose en 1833 la
sublevación de los indígenas nonualcos, acaudillados por Anastasio Aquino, en
la población de Santiago Nonualco en el actual departamento de La Paz. Para
atrapar al rebelde, se propuso perdón a las vidas de quienes revelaran su
paradero. A pesar de que hubo negativa de sus parciales, hubo alguien que lo
traicionó y logró ser capturado el 23 de abril. [ ]Aquino sería trasladado a
Zacatecoluca donde fue juzgado y condenado a muerte. En la ciudad de San
Vicente se ejecutó la pena por decapitación. La cabeza del insurrecto fue
colocada en una jaula con el rótulo: "ejemplo de revoltosos".
A raíz de todos estos sucesos, los estados fueron decidiendo, uno
a uno, abandonar la federación. Cuando concluyó el período presidencial de
Morazán en 1839 ya no hubo nuevas elecciones. La República Federal de
Centroamérica había muerto.
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